La mayoría de los 130 mil obreros y obreras que laboran en maquilas en Honduras reciben salarios pírricos y pésimas condiciones laborales. La mayor parte son mujeres jóvenes y de éstas la mayoría son madres solteras que han procreado entre uno y tres hijos. Sus historias están llenas de drama y pobreza.

A la mayoría les pagan salarios bajos, por lo que carecen de dinero suficiente para comprar lo más indispensable. Aun estando enfermas procuran no faltar nunca a la maquiladora que les da empleo, pues tienen que cumplir con las metas para ganar los bonos que la empresa les da.