Nery y sus sueños

Uno de los recuerdos de mi niñez, es lo difícil que me resultaba levantarme de la cama para ir a la escuela y en ocasiones celebraba cuando por alguna razón no había clases, pero Nery Geremías Orellana era lo contrario, lloraba al saber que no iría a la escuela. A “Gere” desde muy pequeño le gustó estudiar, disfrutaba ir a la escuela y era todo un soñador, me cuenta su madre Regina.

Así creció Nery Geremias, en la aldea San Lorenzo del Municipio de Candelaria, en el Departamento de Lempira, un municipio muy cercano a la frontera con El Salvador; Candelaria es una de las muchas zonas rurales marcadas por el total abandono estatal. Y no es desconocido que en Honduras el acceso a la educación es muy limitado y se agudiza en las zonas rurales. “Gere”, culminó su noveno grado, la única carrera disponible en este colegio era bachillerato en Agricultura, pero a él le gustaban mucho las matemáticas por lo que a su corta edad y con el apoyo de sus padres tomó la decisión de estudiar la carrera de Administración de Empresas lo que implicó migrar hacia la ciudad de Gracias, Lempira, donde vivió durante tres años, hasta graduarse.

Lo anterior fue posible por la solidaridad de unos amigos de la familia, que abrieron las puertas de su casa para que viviera con ellos mientras estudiaba. Nery disfrutó de su estadía en Gracias, hizo muchos amigos y amigas, aprendió a tocar guitarra y teclado, y logró graduarse del colegio; un escalón más, porque su objetivo era continuar sus estudios en la universidad.

Conozco a Nery, a través de los ojos de su hermano, de las anécdotas de su madre, y de la sonrisa de su hijo Eder. “Era un loco” me dice doña Regina, y después de todo lo que me ha compartido sobre él, inmediatamente sé que se refiere a un joven muy dinámico, inquieto, entregado en cada cosa que hacía. A él le gustaba hacer reír a la gente y siempre estaba aprendiendo o haciendo cosas nuevas, definitivamente era un soñador.

Uno de sus primeros trabajos fue en la Cooperativa Mixta Lempira Sur Limitada (COMLESUL), en el municipio cercano de Mapulaca, trabajo al que renunció para sumarse al proyecto de Radio Joconguera, que inició transmisiones en el año 2008; Nery asumió la administración y dirección desde entonces. Así fue conociendo el poder de la comunicación y a pesar de ser una radio comercial, fue abriendo sus puertas al movimiento social, a la crítica y denuncia tan necesaria después de lo ocurrido el 28 de junio con el golpe de Estado en Honduras, y con el inicio de la consolidación del Partido Nacional en el poder. Incorporó a Radio Joconguera a la Red Alternativa de Radios Comunitarias, y su voz a la Red de Corresponsales de Radio Progreso.

Nery no solo conoció y se enamoró de la comunicación, también se enamoró y casó con la profesora Idalia Mejía, con quien compartió los últimos dos años de su vida. La boda se celebró un 10 de enero, y por esas casualidades bonitas de la vida, exactamente dos años después, el 10 de enero de 2011, Nery e Idalia apreciaban el rostro y sostenían por primera vez a su hermoso y tierno Eder Geremías Orellana Mejía.

El pequeño Eder no pudo ser consciente de cuanto lo amaron su papá y mamá, apenas tenía 6 meses cuando su padre fue asesinado, y con esta pérdida la salud de su mamá se desmejoró aceleradamente, a quien le detectaron cáncer, falleció casi dos años después, el 17 de enero de 2013. Es a través de la voz de sus abuelos que Eder les ha conocido.

Reconoce que le gusta estudiar cómo le gustaba a su padre, es muy inteligente., Nery estaría muy feliz de observar el gran ser humano en el que se está convirtiendo Eder, quien ya tiene 12 años. Sus abuelos y su tío Julio se han esmerado por guiarlo, por mantener la memoria de Nery y por exigir justicia.

El día que todo cambió.

La mañana del 14 de julio, Nery debió haber llegado como siempre a las instalaciones de Radio Joconguera, pero no ocurrió así. Lo interceptaron durante el camino y le dispararon en la cabeza. Pese a los esfuerzos por salvarle la vida, finalmente el último suspiro lo dio ese mismo día por la tarde.

Nery Investigaba y divulgaba la forma en que se manejaba el sistema de salud en Candelaria y cómo el edificio donde opera el Comité Central Pro-Agua y Desarrollo Integral de Lempira (Cocepradil), se le arrebató a la comunidad para quedar en manos del Partido Nacional.

Venía denunciando desde hacía varias semanas por Radio Joconguera y Radio Progreso el conflicto existente. Había tocado grandes intereses económicos y políticos. En esos días el pueblo mantenía acciones de protesta con toma en la Clínica materno infantil, porque el Estado de Honduras como parte del proceso de descentralización de la salud pública, otorgó fondos a un grupo de personas afines al gobierno para la administración del centro médico.

Para su familia todo cambió ese 14 de julio de 2011 y ese sufrimiento se agudizó al ver el desinterés de las autoridades en investigar lo sucedido y avanzar en identificar a los autores materiales e intelectuales del asesinato. Los años siguieron pasando y el grito de justicia por parte de su familia sigue presente.

Su hermano Julio Orellana, expresa lo doloroso que ha sido para la familia perder a Nery –Para nosotros como familia, todo cambió. “Han pasado 11 años, pero parece que fue ayer que esto sucedió”.

No olvidar…

Mi querido compañero Gustavo Cardoza, pudo conversar en el 2017 con don Manuel Bonilla, exalcalde de Candelaria, y al preguntarle por qué mataron a Nery, endereza su columna, su voz y contesta: “Es que el poder corrompe, y aquí hay mucha gente interesada en que no se les quite el poder. Nery Geremías denunció un problema de salud aquí en el municipio. Lo mismo denunció el sacerdote, el director de noticias de Radio Joconguera y yo. La denuncia que hizo Nery la pasaron por Radio Progreso. Esas constantes denuncias no gustaron. Por eso el sacerdote fue amenazado, el periodista tuvo que irse de Candelaria y mi familia me pidió que me fuera por un tiempo”.

¿A quién afectaban estas denuncias?

Todo el mundo lo sabe aquí en Candelaria. Es un señor que quita y pone la gente que le conviene en la alcaldía. Tiene negocios malos. Él fue con pistola en mano y a viva voz amenazó a quienes estaban en la toma del centro de salud. Es un hombre vinculado al Partido Nacional.

Una situación que se agrava.

Ha transcurrido más de una década desde el asesinato de Nery, y el escenario en el que realizan su labor los comunicadores, comunicadoras y periodistas sigue empeorando. Honduras pasó en la medición de Reporteros sin Fronteras (RSF) de la posición 165 de 180 países en el 2022, a la posición 169 en el 2023, cayendo cuatro escalones en un año; sin duda, dicha posición refleja el ambiente hostil en el que realizan su labor los comunicadores, comunicadoras sociales y periodistas.

Así lo constató también la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), quien en su informe preliminar sobre su visita In loco a Honduras en el mes de abril del presente año, estableció que, la violencia y la impunidad son una de las más graves afectaciones del derecho a la libertad de expresión. Desde el último informe de país de 2018, la Relatoría Especial sobre Libertad de Expresión, documentó al menos 13 crímenes contra periodistas y trabajadores de medios de comunicación, sobre los cuales no han existido avances significativos en las investigaciones judiciales.

Asimismo, durante la visita recibieron reportes de amenazas, agresiones físicas, atentados armados y hostigamientos, sobre todo contra quienes cubren asuntos como corrupción, crimen organizado, seguridad ciudadana, migración, conflictos agrarios y mineros. Esta situación afecta de forma diferenciada a comunicadores comunitarios, especialmente a mujeres comunicadoras comunitarias e indígenas.

Estado actual del caso de Nery Geremías.

Ante la deficiente investigación y el estado de impunidad que se encontraba el caso, el 10 de julio del 2017 El Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación de la Compañía de Jesús en Honduras (ERIC-SJ), asistido por la Clínica de Derechos Humanos en Acción del Instituto de la Promesa de los Derechos Humanos en la Facultad de Derecho de la Universidad de la Ciudad de Los Ángeles – UCLA-, en representación de los familiares de la víctimas presentamos una denuncia internacional contra el Estado de Honduras por considerar que a Nery y a su familia le violaron derechos reconocidos en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, por considerar que el Estado de Honduras es responsable de la muerte de Nery, primero, por la falta de debida diligencia en prevenir su asesinato, ante las amenazas que sufrió previamente y segundo porque no ha investigado su crimen diligentemente.

En el mes de marzo del año pasado, finalmente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, remitió nuestra petición al gobierno de Honduras y se fijó un plazo para que presente sus observaciones, lo anterior significa que en cualquier etapa del examen de una petición la CIDH se pone a disposición de los peticionarios y El Estado, a fin de llegar a una solución amistosa, por lo que nos encontramos a la espera de la contestación del Estado para avanzar en el proceso de búsqueda de la verdad, justicia y reparación que reivindique las exigencias que ha realizado la familia durante más de una década, pero sobre todo para que el Estado tome medidas para que estos hechos no se repitan.